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Ntro. padre jesús de la humillación y perdón

 -Ficha técnica.

Autor: FRANCISCO PALMA BURGOS
Fecha de ejecución: 1941-1942
Iconografía: El Desprecio de Herodes
Materiales: Madera policromada
Dimensiones: 1’90 m.



-Iconografía.

“Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilatos” (Lc 23: 11)

El pasaje de la Pasión que representa la talla de Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón es el momento en el que el Salvador es devuelto a casa de Pilatos tras ser humillado por Herodes, vistiéndolo con una vestidura blanca como signo de perturbación mental.

“En casa de Herodes, en la que éste, tomándolo por loco y fatuo porque no quiso contestar a sus preguntas, para mofarse de él, mandó que lo vistieran con una túnica blanca” (1).

Este episodio no es uno de los que goza con un gran desarrollo puesto que, a lo largo del tiempo, no se ha representado con frecuencia este tema en el arte (2).

En el caso de Málaga, esta aportación iconográfica tan innovadora en la Semana Santa  fue planteada en el año 1925 cuando la corporación la implantase al proponer la inclusión de dos imágenes secundarias –un sayón y un soldado romano- para conseguir una escenografía completa de este pasaje al acompañar la primitiva imagen cristífera , desprovista de su columna y revestido con una túnica blanca, en las andas procesionales hasta 1931 (3).

Tras las pérdidas causadas por los estragos de la Guerra, en 1939 la Cofradía comenzó a buscar un escultor para encargarle la talla del que sería su nuevo titular. Ya en 1942, con la realización del actual Cristo de la Humillación, se resolvería esta cuestión, y surgiría otra problemática en torno a la realización del misterio.

Varias décadas después de los sucesos bélicos, concretamente en 1965, fue cuando se produjo el encargo fallido al imaginero Pedro Pérez Hidalgo de la creación de un sayón y un soldado romano que siguieran las líneas de las dos imágenes anteriores que se habían perdido, siendo un año más tarde cuando se adquiriesen dos imágenes pertenecientes a la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla, obras del artista portugués José Luis Pires Azcárraga, que procesionarían hasta 1978 al ser dañadas por una gran riada que tuvo lugar en la ciudad malacitana (4).

Tras este fortuito suceso, se continuó buscando al artista que realizara el nuevo misterio que, a partir de entonces, estuviese formado por un escriba hebreo, un soldado romano y el pontífice Anás.

Es curioso que el hecho de que apareciera este personaje en el misterio, dejaría constancia de una relectura errónea de este pasaje, dando lugar a un diacronismo de la escena. Finalmente, se rechazó esta idea y se optó por encargar en 1988 a Rafael Ruiz Líebana la copia de las dos obras del escultor Pires Azcárraga, sacándose en procesión hasta 1997 (5).

Con la supresión de estas dos esculturas, Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón procesiona sólo actualmente, siendo la túnica blanca que porta la imagen el único elemento que nos aproxima a la identificación del tema.



-Descripción.

Antes de realizar la descripción formal del la escultura, es necesario realizar una breve reseña acerca de los dos titulares cristíferos que la Hermandad poseía antes del actual imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón.

Como se encuentra recogido en las memorias de la Cofradía, cuando se funda la corporación en 1919 en la iglesia parroquial de Santo Domingo, se incorpora como imagen titular cristífero un antiguo Cristo de la Columna bajo la advocación de Jesús de la Humillación. La junta directiva planteó la posibilidad de cambiar la fisonomía de la imagen y transformarlo en un Ecce Homo con el fin de acercarse a la iconografía del pasaje que se quería representar, pero este planteamiento no sería fructífero hasta 1925 cuando la escultura dejaría de ser un atado a la columna para mostrarse con actitud impasible y túnica blanca (6).

Finalmente, en el año 31, por causas de la Guerra se pierde la imagen de este Cristo y, una vez transcurrido estos sucesos, tiene lugar la reorganización de la cofradía. Fue entonces cuando se firmaría un contrato con el escultor malagueño Francisco Palma Burgos, en 1940 para la realización de la nueva talla que costaría 6.000 pts.

 La elección de este artista fue debido a que, a pesar de su excelente faceta como pintor, fue con la escultura religiosa cuando alcanzó un mayor reconocimiento, convirtiéndose en uno de los mejores artistas del momento y, tal como señala Toral Valero, gracias a que siguió la estela artística de su padre, Francisco Palma García, consiguió que las cofradías malagueñas le hicieran encargos importantes, logrando que las imágenes se alcanzaran un gran arraigo en la Semana Santa (7).

No transcurriría un largo periodo de tiempo entre el encargo y la culminación de la imagen, puesto que el nuevo Cristo de la Humillación saldría en la Semana Santa de 1941.  La obra contaba con las manos entrelazadas a la altura de la cintura, además de la particularidad de que tenía la túnica tallada y esto, a pesar de que se aproximaba a la idea que tenía la cofradía, no ostentaba una calidad artística adecuada y  produjo el descontento absoluto de los hermanos de la corporación.


Ante esta situación, éstos mostraron su disconformidad y decidieron someter la talla a una restauración, sin embargo, el escultor se negó y se comprometió a realizar una nueva imagen. Sería entonces en ese mismo año cuando comenzaría la realización del actual Cristo que, según los expertos, algunos optan por señalar que se trata de  una reinterpretación del Cristo de la Columna que realizara para Úbeda, mientras que, otros piensan que no guardan similitud ninguna más que la coincidencia de la fecha de realización entre ambas (8).

El coste de la realización de la nueva talla fue de 800 pts y fue bendecido el 28 de marzo de 1942 en la iglesia parroquial de Santo Domingo.

Finalmente, nos encontramos una imagen de vestir realizada en madera policromada y de tamaño natural, cuyas calidades artísticas y estilísticas del autor quedan totalmente explicitas a través de su técnica, dando fruto a un Cristo dotado de gran belleza corporal y de expresividad contenida. Dicho con otras palabras, es una obra en la que el artista realiza una interpretación del desnudo, detallando la musculatura dotándolo de cierta heroicidad majesutosa, otorgándole un gesto de abatimiento y de  gran carga psicológica materializada en un rostro de mirada baja, pacífica y serena.

También, la cabeza causa un gran impacto estético debido a que el artista otorga una pequeña pincelada de barroquismo con el tratamiento del pelo y la barba tallada. Por el hecho de la iconografía que representa, el Cristo carece de corona de espinas sobre sus sienes.

En cuanto al cuerpo, presenta una disposición forzada al estar erguido pero, a la vez, ligeramente inclinado al tener las manos atadas en la espalda, consiguiendo creando cierta sensación de movimiento enfatizado por el adelantamiento de la pierna izquierda. Además del magnífico modelado de la escultura, es loable señalarla soberbia policromía de la talla.

Por tanto, a pesar de las tres intervenciones que se han realizado en la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humillación, una en 1978 por Mario Palma Burgos, otra en 1990 por Elisa Quiles Faz, y la última por Tecno-Restauro Úbeda en 2001, actualmentesigue quedando patente la impronta artística y estética de Francisco Palma Burgos, haciendo de esta escultura, quizás, su magnum opus.


Por D. Adrián García Mayenco.

                   

 
[1] Véase VORÁGINE, S., La Leyenda Dorada. Madrid, Alianza, D.L., 1982, p. 221.

[2] Para un mayor conocimiento sobre la representación iconográfica de este pasaje, véase REAU, L., Iconografía del arte cristiano. T.1, Vol. 2, p. 451.

[3] SÁNCHEZ LÓPEZ, J. A., El alma de la madera: cinco siglos de iconografía y escultura procesional en Málaga. Málaga, Cofradía de Zamarrilla, 1996, p. 139.

[4] Ibídem, p. 141.

[5] Ídem.

[6] Ibídem, p. 139.

[7] TORAL VALERO, F., Francisco Palma Burgos y la imagen del Cristo del Clavo,  https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2546877.pdf

[8] TORAL VALERO, F., Vida y obra de Palma Burgos. Escultor y pintor. Úbeda, E. El Olivo, 2004, p. 167.